Las historias más curiosas se esconden tras las personas más insospechadas. Una palabra, un gesto, pueden hacerles adquirir esa pose de narrador ilusionista, y entonces, nada de fin al relato que, basado en hechos reales, van a comenzar a desenlazar.
Historias, que creías, que pertenecía a cuentos, o quizás a las pesadillas jamás soñadas.
Risas malvadas, besos tiernos, cualquier cosa, pueden escuchar tus oídos, mientras expectante, discutes con tu conciencia si es real o un mero cuento.
Y aún es más gratificante darse cuenta de que todo es cierto, al ver en el brillo de los ojos del protagonista, y sentirte admirable, al ser el papel sobre el que percuten las letras de los secretos y misterios.
Es fácil, escucha a todo el mundo, y entonces, acontecerás a los mayores secretos.
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