Frozen Chords

Frozen Chords
Hay muchos caminos pero este es el mio.
"Si la mente humana fuera tan simple como para que pudiéramos entenderla, seríamos tan simples que nos resultaría imposible".

jueves, 17 de noviembre de 2011

Oscurecía, mientras los ojos azules de Céline, vagaban entre las estrellas, difuminando los restos oscuros de su pasado.
Asentía deliberadamente, fingiendo mantener una conversación, que hace tiempo se había transformado en monólogo.
Todo estaba decidido, esta noche, las luces de las farolas reflejaría su sombra, mientras perdida en la penumbra, iría a saldar sus cuentas.

sábado, 12 de noviembre de 2011

El círculo rojo

La chica del vestido ceñido, se subió al escenario, y comenzó a dar vueltas sobre este, mientras una voz a lo lejos, cantaba dulcemente, al compás de los músicos que imrovisaban jazz desaforadamente. El vuelo negro de sus volantes cortos daban paso a sus tacones de aguja de suela roja, tan seguros de si mismos, como sus marcados tobillos. El publico, que seguía las luces de los focos, la miraba expectante con los ojos abiertos, reflejando el brillo de admiración típico de estas situaciones. Natasha, así se llamaba ella estaba demasiado acostumbrada a eclipsar corazones como para sentirse afortunada. Se acerco al borde del escenario, y agarro el micrófono con firmeza, mientras sus ojos azules, como diamantes recién pulidos, se clavaban en un punto reflejado en el vacío. Entonces, se hizo el mas absoluto silencio, y ella, comenzó a cantar, tenia una voz redonda y frágil, que permanecía fuerte en el recuerdo, hasta que como en un leve suspiro, acabo de nuevo el espectáculo. Ocurría cada noche a las 3 de la mañana. La gente comenzaba a idealizar lo que había visto, y ella llegaba a convertirse en un ángel en sus memorias. Natasha, fue directa a su habitación de hotel numero 7, y encendió la radio. Dejo su sombrero oscuro sobre la cama,arrojo su vestido al suelo, y se perdió entre las sabanas, hasta que consiguió dormir de nuevo. No se había desecho de su maquillaje, ni de sus pulseras, ni siquiera era ella mientras descansaba. Pesadillas,solo eran eso aunque pareciera realidad, solo veía manchas negras y rojas que su psicóloga no podía explicar, la acosaban, embadurnaban su mente hasta prácticamente anularla. Cuando despertaba todo seguía en su sitio, ¿era evidente no? Pero todos hemos deseado alguna vez dar paso a lo irracional. Una vez hubo comido abrió expectante su armario, y saco una falda de cuero plisada que le había regalado un hombre sin nombre que había creído enamorarse de ella, sin comprender que los seres salvajes no saben amar. Le gustaba mucho aquella falda, estrechaba su cadera, y le hacia sentir como Audrey Hepburn en un intento de emerger del pasado. Podía permanecer soñando eternamente ante el espejo, pero solo eran eso, esperanzas vanas sin sentido, que no llevaban a ningúna parte. Una vez estuvo lista, volvió a subirse a su escenario de mentira, sin idea alguna, de lo que iba a suceder. De nuevo, se convirtió en el reflejo negro de dulzura al que seguían los focos, otra vez, dejo que el maquillaje la convirtiera en el ser perfecto que todos buscaban, aunque eso supusiera matar a su propia persona. No bastante, alguien, ajeno al espectáculo, conversaba con un importante empresario, bajo las luces de Paris. Discutían la mejor forma de aumentar sus negocios en un corto periodo de tiempo. Josh y Celine, nombres, bajo los que ocultaban su verdadera identidad, eran conocidos ya en mas de medio mundo. Ambos, se habían conocido de pequeños, una tarde de verano, que se oscureció demasiado rápido. Desde aquel momento, el uno había sido indiscutiblemente necesario para el otro. Mientras Celine saboreaba su delicioso croissant, Josh, degustaba un cafe con leche, preparado con la misma proporción de ambos. Las estrellas, desfilaban sobre el cielo, cuando ambos acordaron firmar su contrato con un beso, que como si de un nuevo amor se tratara, se extendió durante un largo periodo de tiempo. Mientras ambos jugueteaban con sus labios, las personas que pasaron por aquel lugar se les quedaron miran en un intento de copiar su felicidad. Pidieron alegremente la cuenta, y desaparecieron de allí dejando a los presentes un halo de misterio envolviendo la ciudad. Natasha, por su parte, trunco sus movimientos en en leve segundo y cayó inevitablemente contra el suelo, el mundo enmudeció tras su impacto, nadie la había visto fallar en sus dieciséis años de carrera, algo tenia que esconderse tras este imprevisto.