Me estoy haciendo demasiado daño con esto W, y lo peor es que no hago nada para remediarlo.

Como el viento de un oscuro día de otoño, como la lluvia en las ventanas de invierno, como cada extraño que caminaba a mi lado... cono cada segundo siempre esperando en vano.

Sueños de media tarde

-¿Crees en el sexo sin amor?
-Lo siento, te quiero demasiado

Fechas...

Mairenbad

Quiero perderme entre tus pasillos, y al sentirme engullida por tus corredores, comprender, que estás hecho para mi.

N, se que me falta algo, algo que no puedo arreglar.

Sombreros

Últimamente, solo busco escenas que me impacten, que hieran esa sensación de humanismo que debería estar ahí, junto a lo que parece un intento de corazón.
Lugares, imágenes, épocas, que me hagan sentirme viva, quizá simplemente amor. ¿Quién sabe si soy la misma estúpida de siempre?
Pero no me conformo con nada, intento, sin sentido encontrar la perfección el la materia, para poder atarme a algo más que a mi misma.
Y supongo, que aun estando triste, disfruto de mi locura.
Porque se que estoy loca, simplemente, porque verdaderamente no pienso que lo esté y nosotros, nunca reconocemos nuestra falta de cordura.

Rastros del tiempo

Rice encendió la tele, y posó su ropa sobre el sofá azul de cuero, se dejó caer, como cada tarde a las 8, cuando el sol, había desaparecido hacía ya unas horas.

Se sumergió en el continuo sonido de sus altavoces, mientras jugueteaba con uno de sus rizos pelirrojos, a la vez que pensaba en el cielo.

Acabó por quedarse dormida, entre las voces que el recuerdo traía con sigo, dulces nanas que la muerte se había llevado por sorpresa. Un amargo caramelo que no conseguía tragar.

Cuando despertó, el sol, comenzaba emerger entre las nubes del cielo, y mostraba sus casi etéreos rayos en porciones específicas del suelo.

La llamada del viento, le obligó a salir de su pequeño apartamento, para estar en el viejo teatro a primera hora.

Nadie la esperaba cuando llegó, a cambio, encontró un pequeño sobre, que deberían haberle entregado personalmente.

Quizá la estaban vigilando.

Lo abrió cuidadosamente, junto a la estufa de un bar francés, mientras manchaba sus labios, con una taza de leche caliente.

Pudo comprobar, que las fotos se encontraban en su interior, 13, exactamente las que necesitaba para involucrar a Mike en su pequeño juego de asesinos.

Una vez en casa, arrojó el sobre al fuego, y envió las fotos a su lugar correspondiente, justo a manos del futuro culpable, simplemente, a modo de presión.

Estaba segura, de que al recibirlas, se entregaría sin dudarlo a la policía, o quizá, la sobornara, a estas alturas, un poco de dinero, no le vendría mal.

El año pasado en Mairenbad

Mi corazón pertenece al pasado, eso es algo que no puedo evitar.

FIN

Quizás sea solo eso, que no me quede ya nada que decir, que no busque contemplar el mundo, por pura indiferencia, o que no haya nada que me haga permanecer estática, más que pequeñas y estúpidas ilusiones  vanas.
Oh N, dime ¿Son solo deseos infantiles?