Había dado que pensar, si todo había sido un ciclo, ¿Debemos ahora preocuparnos por las nuevas piedras?
Anécdotas, sueños, vidas... quién sabe lo que se esconde tras cada pequeño montón de arena y si acaso merece la pena recordarlo.
Jugaron, cada vez mas sigilosas las personas entre ellas, como si de una guerra fría se tratara, donde no había más sonido que la percusión de unos y otros pasos etéreos, que resonaban como un eco eterno.
No hay mas vida, que de la que nos permitimos creer disponer, y el rojo tiene tanta intensidad como cargada este la pistola de tus manos.
Quizás solo sea una nueva pesadilla, o un cuento de medianoche, que atemorizan en fiestas infantiles, seguramente, solo vaguemos dentro de él, como marionetas manejadas por marionetistas de la propia historia.
No puedo decir que me agrade, ni que sea feliz con ello, no me gusta buscar lo imposible, ni lo difícil, porque aunque no lo parezca soy una chica fácil, no se siquiera si tengo la facultad de comunicar algo en medio de este caos en el que estamos acostumbrados a reinar, cada uno en su propio mundo pero pocos ciertamente en la realidad.
No hay más remedio que fingir, la falta de ideales, para que vean reflejada en ti su imagen, y ellos se sientan tranquilos observándose a ellos mismos en tus ojos.
Es divertido,creo que es el único intento de sonrisa que he percibido en mi conciencia, poder observarlos a todos, pero creo que todo se trunca al comprender que tu has acabado en su misma línea, y entonces comienza el miedo, temor a vivir encerrada en la esfera incandescente de lo real, pánico a no poder cambiar lo suficiente, porque ni siquiera está en tu cualidad de ser.
Ente, que vaga por el mundo sin sentido ni razón. Formar parte como tantos otros de esa roca a la que olvidan con el paso de los años y permitirse el atrevimiento de bautizarlo como vida.
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