No busco abrazos rotos, ni corazones negros, yo no desee acelerar el proceso de autodestrucción, ni quiero ser otra muñeca desgarrada, que llora sigilosa desde el borde de la cama.
Yo, no pedí nada de esto, aunque las personas, me lo asignen ya por costumbre, y señalen expectantes al monstruo que hay ante su reflejo.
Marchaos y dejadme sola, puedo intentar convertirme en algo mejor, en alguien, que no odie todo esto, en alguien que no marchite sonrisas ante lo que deben ser llantos.
Olvidadme, y así no tendré la necesidad de sentirme entre vosotros, podre crearme una bonita máscara y fingir que nada de esto a pasado.
Pero no, no me pidáis que no interprete, el papel de chica dulce, si me vais a reprochar luego que os hable de la noche.
Porque no puedo, o quizás no me hayan enseñado.
Por ahora, prefiero esconderme bajo las sábanas blancas y llorar entre sus arrugas, mientras pueda así ocultar de día lo que de verdad pretende aflorar desde el abismo.
No intentéis comprenderme, no pienso tal y como me conocéis, y por tanto, NO EXISTO.
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