Corrían los susurros por aquella época.
La costumbre, nos había hecho hablar bajito, y a ser posible, con palabras incompletas e inacabadas.
Construíamos muros tan falsos que todo eran mentiras en su interior.
Pero, entre esas carreras envolventes, siempre aparecían destellos de verdad inacabada, listos para ser moldeados.
Fructuosos o no, los intentos por iluminar el cielo oscuro, eran desesperados y luchaban por prevalecer ante los demás.
Así que ahora, que habías alumbrado en parte lo que se hallaba en el horizonte de mi universo. Alcanzaría la linea infinita, para poder mirarte a los ojos con más claridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario